Estos días ya “huelen” a verano y de golpe vienen las prisas por perder esos kuilitos que hemos ganado durante el invierno.

La industria lo sabe y empiezan los anuncios de productos milagro: cremas, pastilla para quitar el hambre o quemar grasa (¿?), dietas rápidas, etc.

Olvídate de las “dietas milagro” que únicamente empeorarán tu salud. Además, al poco tiempo recuperas el peso perdido y algo más. Para colmo, harán que cada vez te cueste más perder peso.

Lo que SI FUNCIONA es un cambio de hábitos duradero:

  • Alimentación con productos naturales y de temporada: fruta, verdura, pescado, carne no procesada, huevos, legumbres, aove, semillas, frutos secos, etc.
  • Olvida los ultraprocesados cargados de azúcares, harinas y grasas de mala calidad e ingredientes que no sabes ni qué son. En poco rato puedes preparar platos sabrosos y servirán de gasolina a cuerpo y mente.
  • Muévete. Como mínimo camina 30 minutos al día a paso vigoroso, puedes finalizar con un par de sentadillas. Ya irás aumentando. Sube las escaleras, aparca un poco más lejos de tu casa y trabajo.
  • Procura un buen descanso. Al menos 1 hora antes apaga todas las pantallas. Puedes tener una charla distendida con quien vivas, leer, dibujar, escribir, pintar, sudokus, mandalas, cualquier cosa que te relaje. La habitación tendría que estar un poco fresca para ayudarte a conciliar el sueño y que sea de mejor calidad.
  • Al menos 2 h a la semana de contacto con la naturaleza, disfrutándola, escuchándola, oliéndola. Esto bajará tus niveles de estrés, ansiedad y depresión.
  • Cultiva tus amistades. Somos animales de tribu, durante siglos esto no permitía sobrevivir. Que sean personas que sumen: pasar un buen rato, ir a caminar o al teatro, conversaciones distendidas, organizar una excursión, compartir una afición.
  • Si estás viviendo un momento de estrés que no puedes evitar, busca las formas de “vaciar el vaso”: deporte, regalarte buenos momentos (como un café en un lugar agradable), pensar en algo bueno que haya pasado hoy (seguro que lo hay), valora las cosas bonitas pequeñitas, etc.
  • Busca tu ikigai (aquello que te motiva). No hace falta que cambie el rumbo de la humanidad, ha de ser algo que a ti te haga ilusión (por tonto que parezca).

Recuerda: olvida las dietas milagro o productos milagrosos, haz un cambio de vida. Esto no solo repercutirá en tu peso, también lo hará en tu CALIDAD DE VIDA Y TU SALUD, te alejará de las enfermedades.

No se trata de hacerlo perfecto, hazlo lo mejor que puedas, incorpora ni que sea un cambio.

Y el día que quieras hacer un extra, de manera consciente, lo disfrutas. Luego vuelves a tus rutinas saludables.

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